Le añoro tanto que hasta me duele. Siento que no puedo soportarlo más, pero en los momentos en los que peor estoy pienso en él, en esos ojos verdes que me encantan... en esa sonrisa que me vuelve loca, bueno loca no loquísima... en todos y cada uno de esos pequeños gestos de su cara, esos que solo yo puedo detectar, en esa forma en la que me mira y me sujeta con tanta delicadeza... pero sobre todos en sus besos, esos peculiares besos inigualables...
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